Estas viendo la Colección:

Chicomecóatl

Cultura mexica
Periodo postclásico tardío 1325-1521 d. C.
Basalto
71 x 31 x 20.5 cm.
Colección CONACULTA-INAH-MEX

Los ciclos agrícolas de los antiguos mexicanos estaban regidos por una numerosa corte divina. Los aztecas guardaban culto a las deidades de la vegetación, en especial a las del maíz, a lo largo de toda la evolución de la siembra y la cosecha. Xipe-tótec fecundaba la tierra. A Quetzalcóatl se le honraba como el dador de la vida y de las formas de cultivo. Centéotl era el dios de la planta del maíz. Xilonen, la diosa doncella del maíz tierno. Ilamatecuhtli, la divinización de la mazorca madura y seca. Las diferentes deidades del maíz pueden considerarse advocaciones de Chicomecóatl.

Chicomecóatl tenía como nombre calendárico siete serpiente. También se la conocía como Chicomolotzin, Siete Mazorcas. El siete era un número que en el lenguaje esotérico se asociaba con las semillas y, por extensión, con la fecundidad. Esta diosa era la proveedora de las buenas cosechas, llamada Señora de Nuestro Diario Sustento «Tonacayohua» o, como relataban los cronistas, Diosa de los Mantenimientos. Su morada era el Tamoanchan, Lugar del Descendimiento.

Su culto era muy antiguo y generalizado, pues todos necesitaban de sus beneficios. Se realizaban en su honor ritos cotidianos, y en sus festividades se incluía como ofrenda el sacrificio de una esclava joven.

Reconocemos a la diosa porque porta en cada mano una mazorca doble y lleva el característico amacalli, gran tocado de papel amate con rosetones. La máscara del tocado está desgastada, pero podría representar a una deidad de la tierra o la vegetación. Por la parte trasera se observa el cabello suelto y una especie de moño, variante del abanico que la identifica y que en las pinturas es de color rojo. La actitud es típica de las deidades mexicas, serena y alerta.

Esta escultura está tallada en piedra basáltica. El estilo, típicamente mexica, es esquemático, con una tendencia a las formas geométricas y al estatismo. La cabeza es muy grande en relación con el tamaño del cuerpo.