Introducción
En México, a principios del siglo XX, la economía buscaba orden y confianza tras años de inestabilidad política y financiera. La diversidad de bancos privados que circulaban sus propios billetes reflejaba más fragmentación que solidez, y el país necesitaba una institución capaz de unificar y dar certeza al sistema monetario. La Revolución Mexicana y la Constitución de 1917 marcaron el rumbo hacia la creación de un banco central bajo control del Estado. Así, después de varios intentos, en 1925 nació el Banco de México, símbolo de modernidad y de la aspiración de construir un país con mayor estabilidad económica.
Antecedentes y fundación del Banco de México
Antes de la creación del Banco de México, el sistema bancario estaba formado por bancos privados que operaban con concesiones del gobierno federal. Algunos, como el Banco Minero de Chihuahua, el Mercantil de Monterrey o el Banco Yucateco, tenían la facultad de emitir billetes respaldados en reservas metálicas. Sin embargo, la existencia de múltiples instancias emisoras generaba desconfianza, desigualdad en la circulación del dinero y ausencia de un control centralizado de la política monetaria.
Los primeros intentos de crear un banco central en México, datan de 1822, cuando bajo el imperio de Iturbide se propuso, sin éxito, la creación del Gran Banco del Imperio Mexicano. La idea reapareció a lo largo del siglo XIX y se reforzó tras la Revolución Mexicana, cuando el sistema bancario porfirista colapsó. La Constitución de 1917 estableció que la emisión de billetes quedaría en manos de un banco bajo control del gobierno, aunque su fundación se retrasaría por siete años por la falta de recursos. Finalmente, el 1º de septiembre de 1925 nació el Banco de México, siguiendo la tendencia mundial de contar con una institución central que garantizara la estabilidad económica.
Los billetes conmemorativos
El día de la inauguración del Banco, el presidente de la República, Plutarco Elías Calles, entregó 50 estuches con los primeros billetes de 5 pesos, numerados del 1 al 50. Cada billete estaba enmarcado en plata y montado en un tarjetón personalizado, obsequiado a figuras del gobierno, la política y a los inversionistas que participaron en la creación del banco.
De esos ejemplares, 48 fueron firmados por Calles y por Alberto J. Pani, secretario de Hacienda, salvo el número 1, reservado para Calles, y el número 2, para Pani. El billete número 19 fue entregado al regiomontano José R. Calderón Muguerza, noveno inversionista y miembro del Consejo de Administración del Banco de México, quien aportó 10 mil pesos oro -equivalente a 200 centenarios-. De todos los estuches entregados, únicamente éste se conserva íntegro, mientras que los pocos billetes firmados que subsisten hoy carecen ya de su montura original.
El Museo de Historia Mexicana agradece al coleccionista Ricardo de León Tallavas, numismático, miembro de la Sociedad Numismática de Monterrey, la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística de Monterrey, Asociación Numismática de Estados Unidos y México y la Asociación Americana de Numismática, por la disposición de esta pieza y la información proporcionada para la integración de este contenido.