Introducción
El Museo del Noreste y Citibanamex presentan la exposición Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano. Colección Fomento Cultural Citibanamex, 20 años, para deleite del público y una mejor valoración de los Grandes Maestros del Arte Popular.
El Programa de Apoyo al Arte Popular de Fomento Cultural Citibanamex inició en 1996. La primera exposición de los Grandes Maestros se realizó en 1998 y el libro Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano se presentó al público hace 20 años. Este programa ha marcado un hito en su ámbito y hoy es considerado un referente nacional e internacional del arte popular mexicano.
La colaboración entre Fomento Cultural Citibanamex y nuestra institución comenzó en el año 2000, fecha en que el Museo de Historia Mexicana fue sede de la exposición Grandes Maestros.
El arte popular se refiere a las expresiones estéticas que son el resultado espontáneo de la vida cultural de los pueblos y abarca múltiples técnicas y materiales en las que los artistas populares expresan su inspiración.
Como todo fenómeno en la historia, el arte popular se encuentra inmerso dentro de condiciones económicas, sociales y culturales que le dan origen y que, asimismo, permiten entenderlo. Constituye un fenómeno de gran riqueza al cual nos podemos acercar desde diversas disciplinas. En esta exposición se destaca a las piezas como creaciones culturales, que reflejan tradiciones, sentimientos, pensamientos y acciones de determinados grupos, y como objetos intrínsecamente bellos. Estas piezas son auténticas obras de arte que buscan y consiguen la belleza, que poseen un aspecto técnico, un minucioso proceso de elaboración y un contenido; al tiempo que son reflejo de la expresión y la sensibilidad artísticas.
La colección que se verá en esta muestra, pudo configurarse con tal riqueza y amplitud a través del seguimiento a los Grandes Maestros a lo largo de 20 años, a la compra sistemática con carácter curatorial, que da pauta de la evolución de los artistas populares, desde 1999 al día de hoy, y la de sus hijos, como los mejores relevos generacionales; así como muchos nuevos nombres que aparecen en otras especialidades. Era necesario revisar la evolución de las especialidades y a quienes las realizan con maestría hoy.
Invitamos a nuestros visitantes a un viaje que entraña una serie de preguntas sobre la actualidad de las artesanías y del arte popular, cuyo presente aparece ante nuestros ojos como un ir hacia lo nuevo y esperanzador. ¿Qué ocurre entonces con las creaciones artesanales tradicionales en el mundo actual?
Muchas lecciones salen de la lectura de una colección de piezas como ésta. Una de las principales es la dignificación de los Grandes Maestros como artistas; su capacidad técnica salta al apreciar sus obras y con ello se ganan el respeto inmediato del público y del lector.
Con esta exposición y los libros que acompañan al programa de apoyo, se hace un tributo a los Grandes Maestros y se intenta provocar el asombro tanto del espectador como fortalecer la capacidad creadora del propio maestro y, al mismo tiempo, motivar al amante gustoso del arte popular a buscar al artista popular, a comprar una pieza suya y a VIVIR CON EL ARTE POPULAR.
Barro
El barro es quizás la rama artesanal más difundida en México y la que cuenta con una mayor variedad de ejemplos. Al mismo tiempo que fusiona tradiciones, la gama de objetos elaborados tienen diversas finalidades: un destino meramente utilitario, un carácter ceremonial o bien una función ornamental.
La selección de formas, decorados y colores distinguen a cada uno de los grupos alfareros y se conciben como un sello de identidad. En todo el territorio existen decenas de centros alfareros; de este modo, aunque las técnicas de elaboración y cocción sean muy semejantes, los acabados son distintos, lo cual hace posible la existencia de una amplia gama de especialidades.
El elemento indispensable para la elaboración de piezas de barro es la existencia de bancos de arcilla en el entorno del maestro artesano. Una vez ubicados los sitios en los que se obtiene dicho material, se procede a su extracción, para después preparar la pasta; se pulveriza, se seca al sol, se pasa por un cernidor y se humedece, quedando lista para dar forma a las obras.
Textiles
Los textiles constituyen una de las ramas artesanales más difundidas en México. Las prendas elaboradas dentro de esta rama abarcan: sarapes, tapetes y alfombras de lana, bordados y deshilados, indumentaria indígena tradicional y prendas de vestir de origen mestizo, como el rebozo y los gabanes. En ellos se encuentran íntimamente entrelazados los elementos prehispánicos, españoles y la tecnificación de los siglos XIX y XX.
El largo proceso de elaboración de un textil abarca desde el cuidado de la materia prima, hasta el detalle final del anudado de las puntas o rapacejo, en el caso de los rebozos. Los materiales empleados en su elaboración es evidente la mezcla de influencias. La fibra de origen prehispánico por excelencia es el algodón. A la llegada de los españoles, también arribaron la lana y la seda. Hoy en día los tres son ampliamente trabajados.
Madera
El trabajo de la madera se vio estimulado por las enseñanzas de los misioneros que llegaron a tierras americanas durante la conquista española. Ellos fueron quienes fomentaron el trabajo de la laca y el tallado de la madera, que asimismo se vieron beneficiados de un entorno geográfico rico en recursos naturales.
Uno de los procesos más laboriosos para trabajar la madera es la llamada laca o maque. Se afirma que es una forma de trabajar que tiene antecedentes desde la época prehispánica, ya que en casi toda Mesoamérica se pintaba la madera con fines utilitarios. Durante el Virreinato esta especialidad se vio acrecentada y varió su decoración acogiendo técnicas y motivos procedentes de Oriente.
Merecen mención especial también las máscaras de madera utilizadas en bailes y danzas. Son estas piezas una importante y variada manifestación de la talla en madera y de la decoración policroma, así como en ocasiones del uso de la laca. La máscara en México es tan versátil y variada que muy bien sintetiza la riqueza del arte popular presente y vivo en cada uno de los rincones del país.
Papel
Son muchas las maneras en las que el papel es trabajado por los maestros del arte popular mexicano: abarca desde banderitas de papel picado que se colocan como adorno en las calles durante los días de fiesta, hasta complicadas figuras fantásticas popularmente conocidas como alebrijes. Hay también piñatas, calaveras, entre otros.
Una ancestral forma de trabajar el papel es el amate. No obstante, explorando en otras especialidades, se encuentra el papel picado, cuyo proceso de manufactura comienza al elaborar un patrón con los diseños elegidos que después se dibujan sobre el papel de china o el papel metálico de colores. Se les da forma mediante perforaciones y cortes hechos con tijeras o cinceles de metal.
Dentro de la especialidad de la cartonería destacan los “Judas” que desde antaño se queman como parte de las celebraciones de Semana Santa, así como las calaveras y esqueletos de inspiración popular y la manufactura de figuras fantásticas que combinan cola de dragón, alas, largas lenguas y garras, pintadas de múltiples colores que proporcionan brillo a su aspecto un poco aterrador conocidas como alebrijes.
Fibras vegetales
El trabajo de las fibras vegetales es una práctica sumamente antigua dentro de la evolución de la humanidad. La variedad de sus materias primas es muy extensa: ixtle, lechuguilla, tule, henequén, palma, paja, popote, mimbre, carrizo, vara, maguey o pita, bejuco, jipijapa, romerillo y sansiviera.
Probablemente sea esta rama la menos tecnificada de todas, ya que son básicamente las manos, los pies y en ocasiones los dientes, los instrumentos que dan forma a las piezas, auxiliados ocasionalmente por un punzón para entretejer o una aguja para unir. Como resultado del estrecho vínculo que existe entre el maestro y su medio ambiente, cada pueblo aprovecha el material que la naturaleza de su región le ofrece. De este modo, el tule se trabaja sólo en zonas lacustres, mientras que la palma tiene una difusión más amplia.
La calidad de los objetos producidos depende en gran medida de la selección cuidadosa de materiales uniformes en tamaño y grosor, así como en lo compacto o fino de su tejido.
Piel
En el México prehispánico se realizaban objetos como instrumentos de percusión, algunas partes de armas y sandalias con pieles de venado, jaguar y otros animales. Durante la conquista, los españoles introdujeron la ganadería vacuna, ovina y porcina, lo cual provocó que durante el Virreinato se propiciara el desarrollo del trabajo de la piel. Además de que en los territorios del Nuevo Mundo había abundancia de materiales para curtirlas. Actualmente el trabajo de este material puede abarcar diversos tipos de piel: res, chivo, borrego, venado, zorra, tigrillo, martas, tejón, carnaza, baqueta, gamuza.
Las diversas técnicas abarcan: Repujado o liso, en el cual se elaboran sillas de montar, chaparreras, cinturones, bolsas, calzado, “cueras”, chaquetas. Bordados con hilo de pita que proviene de diversos agaves, en especial del maguey del centro del país (piteado) o con estambre de colores (chomiteado) formando motivos florales o grecas.
Metales
En la época prehispánica el uso de los metales no fue muy difundido y los pocos ejemplos que se conservan, señalan que los materiales que más se utilizaron fueron cobre (hachuelas, cascabeles), oro y plata (piezas suntuarias y de adorno personal). Después de la conquista española se empezaron a explotar las minas y la riqueza de plata que se alcanzó en la Nueva España fue enorme, lo cual propició el desarrollo de la orfebrería. Asimismo, gracias al estímulo y enseñanzas de los misioneros se promovió la forja de hierro y el trabajo del cobre.
Las especialidades dentro de los metales se dividen en: Metalistería, que consiste en el trabajo de metales comunes como cobre, hierro forjado, hojalata y plomo. Orfebrería, que se trata del trabajo con metales preciosos, básicamente oro y plata, para elaborar piezas mayores o juegos de metal: vajillas, cubiertos, figuras y enseres litúrgicos. Finalmente la joyería también se refiere al trabajo con metales preciosos, pero en la elaboración de accesorios de adorno personal. Pueden ser de oro y plata en combinación con piedras preciosas.
Piedra
En el pasado prehispánico el trabajo de la piedra se destacó tanto en la arquitectura en general, como en las figuras talladas en piedra que representaban deidades, guerreros, personajes de alta jerarquía y temas vinculados con la religión, la política y la historia. A partir de la época virreinal los temas se diversificaron y actualmente hay una gran demanda por los objetos de ornato para jardines, terrazas y estancias que ha generado la producción de fuentes, columnas, esculturas, macetones y remates.
El proceso para el tallado de la piedra puede hacerse por medio de tres técnicas básicas: La percusión que consiste en fracturar o disgregar partículas de piedras a partir de golpes sucesivos y controlados que se dan sobre el cincel con un martillo redondo que lleva un hule en la cabeza. La presión, en la que el objeto se toma con una mano y se presiona contra una herramienta, que puede ser de hueso, madera o incluso piedra y el desgaste en la que la piedra se le van quitando los sobrantes hasta llegar a la forma deseada, utilizando piedras pulidoras o frotadores, areniscas y algunos minerales o abrasivos pulverizados.