La liturgia de la misa incluye la presentación en el momento del ofertorio de donativos recolectados entre los fieles. Las charolas para recoger la limosna eran una pieza común en el ajuar eclesial.

Un tema apropiado para tal función debió ser precisamente el que lleva al centro esta pieza, la María Magdalena penitente.

La pequeña figurita porta una sencilla túnica y el cabello suelto, que cae sobre la espalda. Con ambas manos sostiene sobre su plexo un crucifijo, en humilde recogimiento.

Alrededor de la pieza está cincelada una inscripción con los nombres del donador y el artesano: «Plato de la Sa Madalena a devosion de Pascual Cortes, Año de 1735 años Andres Joseph Flores Brito.