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Ignacio de Allende

Centro Patriótico Nacional Mexicano
Finales siglo XIX
Litografía
94 x 77.5 cm.
Colección Museo de Historia Mexicana

Ignacio José de Jesús María Pedro Regalado de Allende y Unzaga, nació en San Miguel el Grande –hoy San Miguel de Allende– en el Bajío mexicano, el 21 de enero de 1769.

 

Miembro de una de las familias españolas más distinguidas de la región, Ignacio Allende se inclinó por la carrera militar; fue nombrado teniente del regimiento de dragones de la reina el 9 de octubre de 1795 y debido a su entrega y vocación ascendió a capitán de las milicias virreinales en 1809, bajo las órdenes de Félix María Calleja.

 

En este mismo año se incorporó a las tropas del virrey Iturrigaray para realizar maniobras y simulacros cerca de Jalapa, Veracruz, con el propósito de prepararse para posibles invasiones extranjeras. Durante esta concentración, Allende entabló contacto con otros criollos, que a la postre serían los organizadores de las primeras conspiraciones independentistas.

 

De regreso en San Miguel, Allende se puso en contacto con José Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz, corregidores de Querétaro para asistir a las juntas secretas organizadas por ellos, que tenían como finalidad establecer un nuevo orden virreinal. Originalmente, Allende sería el encargado de encabezar el movimiento de rebelión, pero por cambio de planes, Miguel Hidalgo tuvo que dar comienzo a la lucha.

 

Con un ejército inicial de 800 hombres, Allende emprendió la lucha por ciudades como Celaya, Irapuato, Silao y Guanajuato, hasta sumar 80 mil combatientes al llegar a Valladolid –hoy Morelia–. El 22 de septiembre de 1810 en Celaya, Hidalgo fue nombrado oficialmente Capitán General del ejército insurgente e Ignacio Allende, Teniente General.

 

Sin embargo, la lucha insurgente sufriría un revés tras la Batalla de Puente de Calderón, Jalisco, el 17 de enero de 1811, y la jerarquía del movimiento exigió la destitución de Hidalgo, por lo que Allende asumió la responsabilidad. El teniente se dirigió hacia el norte del territorio para conseguir armas, dinero y más tropas, pero en Acatita de Baján, Coahuila, fue traicionado y apresado junto con Hidalgo, Mariano Abasolo, Mariano Jiménez y Juan Aldama.

 

Los insurgentes fueron llevados a Chihuahua. Allende fue juzgado por insubordinación y fue fusilado el 26 de junio de 1811. Su cabeza fue exhibida, junto a la de Hidalgo, Aldama y Jiménez, en una esquina de la Alhóndiga de Granaditas, Guanajuato, como advertencia a los insurrectos y ahí permanecieron por 10 años hasta 1821, cuando ya consumada la independencia, se ordenó reintegrarlas a sus cuerpos.

 

En 1822 los restos de los insurgentes se trasladaron a la Ciudad de México y depositados en la Catedral; en 1925 se colocaron en la Columna de la Independencia, donde se encuentran actualmente.